11 Julio
LA LAVADORA
Con la subida de luz
nos volverá majaretas,
¡vaya, menuda la cruz!
esta norma de puñetas.
Para lavar las calcetas
hay que esperar a las doce,
dando vueltas en chancletas,
topando con lo que roce.
Y hay que ver, maldito goce
el levantarse a esa hora
que la ropa te destroce
la dichosa lavadora.
La vieja locomotora,
de ella debo estar pendiente,
al centrifugar se atora,
y se sale para el frente.
Ni con café muy caliente
ese sueño lo contengo,
como la bella durmiente
en su baile la mantengo,
soñolienta la retengo
para que no salga afuera
y de día me sostengo,
como rastrillo en la era.
Mari Carmen
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