19 Julio
LA MELINDROSA
Ardiente estaba la moza un día,
viendo que su madre comprando estaba,
turbada y llena de miedo se decía:
¿la prenda cuando a su amante le daría?
El animado amante le calmaba:
que al venirle pronto se lo sacaría,
la moza pensó preñada quedaría
y la duda quedó ese día sembrada.
El ataque fue de tal enormidad
que, al verla por fin, quieta en el suelo,
exclamó con toda solemnidad:
mira que bien sabe lo que yo quiero
y, aunque sea por toda la eternidad
dejar que mi éxtasis llegue al cielo.
Cándido T. Lorite
No hay comentarios:
Publicar un comentario