domingo, 16 de enero de 2022

16 Enero

 

16 Enero

MEMORIAS DE UNA PELUQUERA (XI)

Dicen que donde comen 5 comen 6. Cierto, y muchos más. En casa todos son bienvenidos y compartimos muy gustosamente lo que tenemos. Claro, que no te puedes precipitar echando a los platos antes de ver los que llegan. Un día me tenía que pasar...

En la peluquería abrimos por la tarde dos horas antes que los demás comercios de mi pueblo, precisamente para dar servicio a los que trabajan en ellos.

Con el horario tan ajustado del medio día me buscaba todas las mañas posibles para dejarme la cocina medianamente ordenada antes de irme al trabajo. Cogí la dichosa costumbre de cuando oía abrir la puerta de casa ya estaba yo repartiendo la comida en los platos y fregando ollas y sartenes. Así, mientras se acomodaban en la mesa había limpiado y guardado todos los cacharros.

Oigo una voz extraña diciendo:

- “Donde comen 4 comen 5”

- ¡Glup! Pues claro que sí, por supuesto. ¡Bienvenido a casa!

El problema consistía en que yo había colmado los platos de lentejas por fregar la olla y delante del “auto-invitado” no iba a ponerme a quitar un poco de cada comensal para hacer otra ración.

- ¿Dónde me pongo? ¿Me siento?

- Claro, claro, ven, este es mi sitio, ponte aquí.

- Oye, ¿ y tú no comes?

- Ya comí, tranquilo, tenía hambre y no esperé.

A las cinco de la tarde rugían mis tripas como un león en la sabana.

Le dije a mi buena operaria Carmen: Oye, atiende al personal que me piro 15 minutos. No aguanto la jornada que queda. Predomina mi “música estomacal” sobre la ambiental.

Moraleja:

Os aconsejo que no metáis el cucharón en la olla antes de contar los que aparecen para comer. Puede llegar un “auto-invitado” que no sea de la casa y por cortesía...¡Zás! Ya sabéis quién ayuna.

Mari Carmen

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