23 Enero
De su libro CONTICINIO poema XVIII
Amanece en la mañana
y tengo que ir a labrar,
incluso sin ver el sol,
¡porque alguien ha de currar!
De camino, me he encontrado
a un amigo singular,
porque este amigo que digo
es que no tiene lugar.
“He venido a por simiente.
He venido a cosechar”.
¡Ay, amigo de la tierra,
cuánto te queda de andar!
El buen hombre, recio en sí,
a su espalda se iba a echar
dos saquicos de olivica;
¡olivica de mascar!
Cuando se alza el sol al ojo
de la sombra, al olivar
nos recogemos los pares.
¡Y un ratico a descansar!
Mi amigo, que, paja en boca,
algo me iba a comentar,
se ha quedado a la merced
de la brisa y del azar.
No le preocupará mucho
quedarse allá a reposar.
Pero, si se queda el fresco,
¡dime quién le va a plantar!
Antonio Cánovas Pinto
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