5 Enero
LOS REYES MAGOS
No sé si es bueno que los niños no sepan la procedencia de esos regalos que dejan los Reyes Magos cuando visitan sus hogares. Para mi, enterarme de que tales Reyes eran mis padres fue casi un trauma.
Me estaba portando relativamente bien e incitaba a mis hermanas menores a que hicieran lo mismo ya que mi madre conforme se acercaba la fecha del 5 de enero, más nos repetía:
- Como hagáis travesuras no os van a traer nada los Reyes Magos.
No escribíamos cartas ni hacíamos peticiones, ellos muy astutos sabían lo que tenían que traernos y nosotras, (al menos yo que soy la mayor) me hacía unas “películas” en mi mente de tres pares de narices. Imaginaba que recibía una muñeca o algo parecido. Luego éstos Reyes que nos visitaban dejaban lo que les salían de los “cataplines”.
Mis dos hermanas estaban dormidas profundamente y yo casi había caído en el letargo del sueño. Oí un pequeño ruido y abrí los ojos como platos, justo en el momento que mi madre sacaba del armario tres cestitas vacías de plástico color verde manzana. Eran bonitas pero no lo que yo esperaba. Me quedé dormida haciendo como que no las había visto. Fue la primera desilusión de mi vida.
Al amanecer mis hermanas se pusieron pletóricas con sus cestas y yo también, intentando disimular el asomo de tristeza que sentía. Ahí comprendí que daba igual como me portase, mis padres a medida de sus posibilidades siempre tendrían algo en la noche de Reyes para nosotras y sabía que no podría ser muy grande. Los recursos de una familia pobre y humilde son muy pocos.
Hoy, posiblemente para algunos padres también sea un sacrificio sastifacer a sus hijos con lo que piden. Tal vez sería mejor que supieran la verdad antes de descubrirla por ellos mismos. Quizás comprenderían porqué sólo les traen “esa cestita de plástico, color verde manzana”.
Mari Carmen
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