21 Octubre
EL MILAGRO DE AQUEL DÍA
Al hospital conducía
el chico de la ambulancia
más rápido que podía,
hombre inconsciente llevaba,
su mujer de compañía.
Ella miraba asustada,
largo el camino se hacía,
entró en urgencia corriendo
sin saber lo que tenía.
Pasaron horas y horas
y nada nadie decía,
hasta que vino el doctor
diciendo aquello que había,
un derrame cerebral
donde la sangre fluía,
si cortaban la hemorragia...
es posible, ¡viviría!,
si no podían pararla...
en momentos moriría.
"Ruega porque no te llamen,
si lo hacen...malo sería".
Ella abrazada a sus hijos
no sabía ni qué hacía.
¡Por favor, tú no te vayas,
no te vayas todavía,
por favor, tú no me dejes,
vivir sin ti no podría!
Fueron las horas de angustia,
fueron horas de agonía.
Nos dijeron; ¡ha parado!
El llanto fue de alegría,
aún estaba muy grave
y esperanza florecía.
Juntos vamos caminando
de la mano por la vía,
disfrutando de la vida
que oportunidad daría.
¡Sí que existen los milagros!
Dios nos hizo uno aquel día.
Mari Carmen
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