26 Octubre
LAS HUELLAS.
Caminaba aquel anciano
encorvado por los años,
ya falto de sus redaños
y esperando que una mano
que el camino por que andaba
a cada paso que daba
presentaba algún escollo.
en que se acordó de Cristo,
en cuya cara había visto
la imagen del sufrimiento.
pero no lo consiguió
y al suelo se desplomó
cual si fuera de papel.
pues bajó Jesús del cielo
y con exquisito celo
al pobre anciano condujo.
y procuró caminar,
yendo ambos a la par
aunque con andar muy lento.
agarrados de la mano;
a un lado estaba el anciano
y en el otro estaba Dios.
que el hombre tenía marcado,
con el cuerpo destrozado
por la aridez del camino.
volvió la mirada atrás
y preguntó, ¿dónde estás,
que sólo veo dos huellas?
cuando más falta me hacías?
Pensé que a la par venías,
mas veo que solo he llegado.
por el camino después,
que en mis hombros te he cargado
y lo que en la arena ves
es lo que quedó marcado
por las huellas de mis pies.
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