martes, 25 de octubre de 2022

26 Octubre

 

26 Octubre

LAS HUELLAS.

Caminaba aquel anciano

encorvado por los años,

ya falto de sus redaños

y esperando que una mano


viniera presto en su apoyo,

que el camino por que andaba

a cada paso que daba

presentaba algún escollo.


Incluso llegó el momento

en que se acordó de Cristo,

en cuya cara había visto

la imagen del sufrimiento.


Quiso aguantar como Él,

pero no lo consiguió

y al suelo se desplomó

cual si fuera de papel.


Y el milagro se produjo,

pues bajó Jesús del cielo

y con exquisito celo

al pobre anciano condujo.


Éste tomó algún aliento

y procuró caminar,

yendo ambos a la par

aunque con andar muy lento.


Así anduvieron los dos

agarrados de la mano;

a un lado estaba el anciano

y en el otro estaba Dios.


Por fin llegó hasta el destino

que el hombre tenía marcado,

con el cuerpo destrozado

por la aridez del camino.


Y a la luz de las estrellas

volvió la mirada atrás

y preguntó, ¿dónde estás,

que sólo veo dos huellas?


¿Por qué me has abandonado

cuando más falta me hacías?

Pensé que a la par venías,

mas veo que solo he llegado.


---Es que te vi tan cansado

por el camino después,

que en mis hombros te he cargado

y lo que en la arena ves

es lo que quedó marcado

por las huellas de mis pies.


Cristino Vidal

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