27 Octubre
Te estoy amando tanto, tanto…
(que tú casi no lo sabes
o no quieres saberlo),
que sufro graves
dolores por ti.
Dame las llaves
de tu salvación ahora
que todavía haces
todo por mí y para mí.
Dame, dame el coraje
que te sobra a ti.
Por favor, no te me mueras
nunca y dime si
he de quererte más
para que así
sigas viviendo y viviéndome a la vez,
con ternura,
con delicadeza y fortaleza,
como tú me ayudas.
La pareja
es lo mejor que Dios ha hecho
desde la manzana de Adán y Eva,
por eso con los hijos
la vida se renueva
y por eso también
hay que cerrar la puerta
al aire de la calle,
ciérrala, ciérrala,
que no entre nadie que no tenga
el alma serena,
y tú y yo siempre a la mesa
de la convivencia
al amor de la lumbre
que da la hoguera del hogar,
tú la primera.
Amada mía, deja
que yo te quiera
y que me vierta en ti.
Apuleyo Soto
No hay comentarios:
Publicar un comentario