jueves, 6 de octubre de 2022

6 Octubre

 

6 Octubre

¿HACIA DÓNDE CAMINAS QUE NO LLEGAS?

¿Quién se paró en la serenidad de tu sonrisa?

¿Qué ángel malo te la hizo perder?

¿Qué dios caído dejó en tus ojos la angustia?

¿Quién te arrebujó en el terror?

¿Quién llevó el dolor a tus pensamientos?

Una voz te dijo algo sobre vivir

y convirtió tus sueños en estupor.

Quedaste sola, en el vacío;


Sin mal, sin orden, sin belleza,

¿Dónde te encuentras?

La angustia llega como la ola del mar

y según la resaca, me arrastra;

sé que alguien me ve

como a través de un caleidoscopio,

de diferentes formas y colores

revueltas, sin sentido, pero ordenadas


No sé si volverás. No sé ni dónde estás.

Las cosas siguen sucediendo

pero están temerosas

como percibiendo que algo puede suceder

mirando el tiempo con temor.

En entrando en la casa, ya piensas en salir,


porque piensas que escapando

la realidad no vas a encontrar.


Te caes sin mirar al fondo del miedo

sin resolver el enigma creado

de una noche con luz tenue

perdida entre los precipicios

y caes al fondo.

Y te quedas con la duda de la edad vivida

y del espacio encontrado en las almas

de aquellos que se fueron antes.


Buscando el océano y el mar quieto

de ojos, corazones, astros y mares

que buscaron tu voz quebrada

entre el viento de la noche;

Y el frío que enreda los huesos

de la infancia perdida y encontrada,

de la vejez de risas y lágrimas

con la música siempre de fondo.


La que llega a tus pies

la que viene de tu cabeza

como el agua a una fuente

como el abismo al silencio que lo acoge.

Al igual que aquello que se hunde


buscando en el tiempo su mañana,

como el mar rompe contra las rocas

y las horas se mueren al pasar despacio.


Se acaba aquello que no empezó

como el mar que golpea sobre una puerta,

como el perro que ladra al tiempo,

como una estrella que se aleja al paso del tiempo,

como el iceberg que nunca se desprende,

como el corazón que busca en la noche;

igual que el torrente agranda su mirada

pensando que pronto se hará un amazonas.


Se cierran los barrotes del destino

sobre las flores del camino andado.

Las llamas se evaden de la estatua

y mis ansias quedan perdidas,

débiles, en medio de la emboscada;

cuando el siglo daba sus últimos vahídos

y todos daban el último suspiro


¿Hacia dónde caminas que no llegas?


Cándido T. Lorite

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