19 Febrero
EL BUEY Y LA CIGARRA
Arando estaba el buey, y a poco trecho
la cigarra, cantando le decía:
¡Ay, ay! ¡qué surco tan torcido has hecho!
Pero él le respondió: Señora mía,
si no estuviera lo demás derecho,
usted no conociera lo torcido:
Calle, pues, la haragana reparona;
que a mi amo sirvo bien, y él me perdona,
entre tantos aciertos, un descuido.
¡Miren quién hizo a quién, cargo tan fútil!
Una cigarra, al animal más útil.
Mas, ¿si me habrá entendido
el que a tachar se atreve
en obras grandes un defecto leve?
Moral: - Muy necio y envidioso es quien afea un pequeño descuido en una obra grande.
Tomás de Iriarte (1750- 1791) dramaturgo y poeta español.
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