29 Abril
AMOR SACRÍLEGO
A la puerta de una iglesia
se encontraba Doña Sol,
una mujer de bandera
con las mejillas en flor
del color de las cerezas.
El párroco, que la vio,
ya quiso casar con ella
y su anillito, de plata y oro, le dio.
Toma, mi amor, como prenda,
este redondo regalo
del que me deshago yo.
Eso le dijo y selló
con un beso su aficción
a la más clara doncella
que en la iglesia se esposó
con un clérigo sagrado
tras darle este su perdón
aunque no hubiera pecado,
por tanto, sin confesión.
Sacrilegio fue el del cura
pero no el de Doña Sol.
Sí, acaso, el mío también,
por hacer de él difusión.
Apuleyo Soto
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