17 Mayo
¡QUÉ DESASTRE!
No sé si es cuestión de suerte
o de algún duende travieso
queriendo macear fuerte
y después salir ileso.
Lavadora que no lava,
secadora que no seca,
y yo como fiel esclava
aguanto mi mala mueca.
Y como no hay dos sin tres...
he echado del fuego mano,
me ha creado más estrés
el quedarme sin butano.
Y no termina la cosa,
se me volcó la fregona,
con el agua revoltosa
por rincones se fusiona.
¡Qué desastre! ¡Madre mía!
si lo sé ni me levanto,
o en el sofá todo el día
tapadita con el manto.
Mari Carmen
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