Basado en hechos reales. Se ha cambiado el nombre por motivos de "seguridad"
Diana caminaba por el pasillo con cara
de desesperación, con unos andares muy raros y extravagantes.
- ¡Ay! Ay! ¡Ay! No puedo mas. Como me gustan estos zapatos y tengo que tirarlos. Vamos y me
costaron baratos por lo menos...¡Qué disparate! Nada, los tiro a
la basura.
- ¿Son nuevos? -dije yo-
- Y tan nuevos, me los compré ayer.
- ¿No te los habrás comprado
pequeños?.
- ¡Que va! Es mi número. Me los he
puesto hoy por primera vez, los llevo desde esta mañana y ya no los
soporto.
- Será porque son de estreno.
- No, no es por eso. Uno lo llevo
cómodo, pero el otro, ¡ayyy! El otro me está matando.
Tendría que haberme probado los dos en la tienda, solo me probé el
que no me hace daño. Pero el par es igualito.
- Pues mira que es raro.
- Y tan raro. Rarísimo, pero malísimo.
¡Qué mareo tengo! Me duele hasta el pensamiento.
Se tiró al sofá con cara de angustia
y se descalzó.
- ¿Ves lo que te digo?
- ¡¡Diossss!! ¿Qué te ha pasado en
el pie? Parece que te lo ha pisado una apisonadora.
Se me abrieron los ojos como platos.
Dije pie, por decir algo de un amasijo de dedos. Aquello no eran
dedos. Unos pegados con otros, rojos como madroños, hinchados,
llenos de ampollas y rozaduras.
Al despegarse los cinco, uno tras otro,
despacito y con mucha dificultad, me pareció oír sus alaridos.
-¡Aaaauuuhhhh!-Es mas, me estaban pidiendo auxilio.
- Fíjate. ¡No puedo más! ¡Los tiro!
Menudo día me están haciendo pasar. ¡No lo soporto!
- ¡¡Madre del amor hermoso!! Pero,
¿como llevas esto así? ¿A ver el otro pie?
El otro pie parecía estar en buen
estado. Los dedos seguían normales, nada de chichones ni bultos
sospechosos.
- ¿No ves lo que te digo? ¡Esto es
increíble!.
- A ver si te han dado uno un numero
mas pequeño que el otro. A mi me pasó en una ocasión.
- ¡Ay!, no sé, ¡por Dios! No estoy
para pensar, mira tu.
Agarré el “presunto culpable del
delito” y su compañero. Comprobé, midiendo las suelas si
coincidían, que ya era difícil, porque con un tacón de mas de
quince centímetros de aguja costaba lo suyo la comprobación.
En realidad, los zapatos eran preciosos
pero uno de ellos tenía “mala leche” e intentaba dejar coja a su
dueña.
Mientras hacía este proceso no podía
evitar la mirada hacia ese pie dolorido, imposible de volver a meter
en calzado. Además, los dedos me miraban a mi con ojos por uñas y
una exclamación de -¡Socorro!- desmesurada.
Hice una exploración exhaustiva por
fuera y por dentro. ¿Por dentro?...
- Anda, toma, hija. Ya está, -le dije
a Diana- que estaba tendida en el sofá con los ojos cerrados, echa
polvo y a punto de darle un infarto.
-¿Ya está? ¡No me lo puedo creer!
¿Qué le has hecho?- Contestó ella incorporándose del sofá -
- Quitar el cartón que lleva dentro.
- ¡Joerrrrrrr!
Esta vez, la caída de Diana al sofá
fue impactante, coscorrón en la pared incluido, libre y a
conciencia.
Mari Carmen.
5 comentarios:
Mientras leía el relato pensaba que al final el par de zapatos eran del mismo pie y por eso uno le hacía daño
Esta historia viene a cuento, por lo que hacía un vecino, de no voy a decir donde por lo mismo.
Resulta que esta persona por un accidente, en un pie calzaba zapato y en el siniestrado bota. De manera que cada vez que necesitaba o zapato o bota tenía que comprar un par y quedarse sin usar el contrario. Asi, que siempre tenía que tirar un zapato y una bota por razones obvias. Hasta que ideo lo siguiente: Se iba a la zapatería y pedía probarse varios zapatos o botas, y cuando el dependiente, estaba un poco distraido, metía en la caja dos zapatos o botas del pie que le convenía, de esta manera disfrutaba de sus zapatos o botas sin tener que tirar ninguno.
Cierto, que yo lo vi y no miento.
Un abrazo de: El Tío del Saco
Tío del Saco, eres una auténtica cotorra. To lo tienes que cascar. Yo llevo tropecientos años silenciándolo y ahora, vienes tú y lo cascas..
Saludos de Antón Pirulero, bueno no sé, tal vez de Pirulero Antón.
Mi archivo es inmenso y suficiente,
para ponerlo todo ardiente.
Callate ya Pirulero,
que te llevó a ti el primero.
Yo no casco, me documento,
y todo lo que saco patento.
Tu decides Anton,
si te meto en un follón.
Cotorra, Loro o Papagayo
tienes de tiempo hasta Mayo
que es mes de las flores
o te sacaré los colores.
Se cree el Anton este
el defensor celeste.
Te cogere por el rabo
y quedaras como un pavo.
La información es mia,
la sacare de noche o día.
No cuando a ti te plazca
sino cuando a mi me seduzca.
Para Anselmo también tengo,
lo que dice miente, yo mantengo.
A la loma del Embustero subido,
ni por allí hoy ha aparecido.
Con pamplinas al Arcellón,
pretendes las llaves del figón.
No te equivoques, este recula
cuando a de soltar, como una mula.
Anton, Anselmo, Arcellón y Palmero
este es mi primer y ultimo aviso,
como no me inviteis a buen guiso,
a los cuatro meteré en el agujero.
El Tio del Saco, siempre avisa,
todo lo hace despacio, sin prisa.
Advertidos quedáis panda de flojos,
a todos atare como ajos en manojos.
¡Eh dicho! El Tio Sain/Saco.
P.D. Sr. Maricarmen Ud tambien va pal saco, pues suya es la manta con la que tapa a esta tropa de mentirosos, tragones, asaltadores de despensas, bodegas ajenas y ganadores seguro del primer premio de disfraces si esta comparsa hubiera participado en el pasado Carnaval. Por cierto y hablando del Carnaval:según el Alcalde/Emperador
habian 18 Comparsas y 3.000 mirones. De ninguna manera esto es cierto, pues cuando el Sr. Regidor formo al personal para el recuento un servidor y Anselmo I estabamos en el campanario sacando unas fotos del evento y nosotros que valemos 8 o 10 no nos conto. Por lo tanto eramos: El Alcale/Emperador con su Corte, la Guardia Pretoriana, 18 Comparsas y 3010 mirones, mas Alvarado que en ese momento se había ido por cohetes. Total 3.011.
Pues yo conozco la verdadera identidad de Diana. No me cabe la menor duda. Se trata de La Pirulera!!!
Pues andas mal de cuentas Tío del saco. Creo que eran 5.301 con el cohetero, jejeje.
Arcellónnn, que la Pirulera no essss, jajaja.
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