martes, 16 de junio de 2020

16 Junio



16 Junio
AQUELLOS VIEJOS CACHARROS.
Nos sobran muchas cosas
ociosas y roñosas
que un día fueron preciosas…,
pero dan tanta pena tirarlas
que las guardamos en casa
cambiándolas de lugar por la nostalgia
que nos provoca el verlas como en la infancia,
y es que son
una prolongación
de la razón y el corazón,
y se aferran a la vida
como una joya perdida
lejanamente escondida.
Son como unos brazos más
para abrazarnos desde su soledad,
como unos pies que nos sostienen
en medio de tantos vaivenes,
como unas manos
apresadoras de los tiempos lejanos,
como unos asideros esenciales
en momentos cruciales,
como una faz y un haz
capaces de aumentar
la paz en el hogar:
un viejo tintero,
una pluma con palillero,
un candil,
un mandil,
una radio de galena,
una escorfina, una azuela,
un tocadiscos, un transistor,
un facistol, un farol,
un reclinatorio oratorio
notario notorio,
un Quijote escolar
de lectura magistral,
una clepsidra de cristal,
un arado romano,
una rueda de carro,
un yugo de bueyes,
unos caireles,
un talego,
un bidón aceitero,
una carraca,
otra matraca,
una palangana, una jofaina
y un orinal
para evacuar
debajo de la cama de papá y mamá,
una artesa, un baúl,
un lapislázuli azul,
una muñeca pepona,
una antigua fregona,
un porrón,
un arcón,
un jergón,
un jarrón,
una muñeca de trapo,
una piel de gato,
unas medias de nylon;
una tabla de lavar ropa en el río,
un cepillo de quitar polvo y dar brillo,
una escoba de retama,
un rastrillo de grama;
una ratonera, una rinconera, una riñonera,
una antiquísima calavera…,
unas ánforas,
unas cántaras
y unos cántaros de vino y agua;
aquella bici de chica,
de chica pobre y de chica rica,
aquellas tangas y aquel chito
con perras gordas de hito en hito,
y aquel chiflo
de madera
que sonaba como un grito,
aquella navaja de afeitar del tio Sacristán
y aquella otra cabritera
para cortar
la maleza travesera…;
el armonio del padre,
la faja del padre,
el anillo del padre,
la hoz y la zocata del padre
que segaba a jornal
el trigo del Bizco local
para ganarse el pan…,
el sostén de la madre,
la enagua de la madre,
la falda de la madre,
de la madre el chal.
Todos esos cachivaches…
con osado empaque
en la memoria de la casa están.
Recordar, recordar
que cuando muramos los humanos
ellos nos pervivirán .

Apuleyo Soto


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