16 Septiembre
Más de veinte escritores participan en este nuevo libro titulado “Laguna de Contreras, sus oficios y sus gentes”
El epílogo será un poema del maestro, amigo y colaborador Apuleyo Soto Pajares.
Muchas gracias José Ángel González Linares por tu gentileza en adelantarnos uno de sus graciosos relatos. Esperamos su publicación.
"SON TUS PERJÚMENES LAGUNEROS LOS QUE ME SULIVEYAN"
Allá por los años 50' del siglo pasado llegó a nuestro pueblo una empresa de perfumería y observó que nuestras laderas eran sitios privilegiados de tomillos, salvias y espliegos. Estos fabricantes vieron la oportunidad de hacer negocio con estas plantas medicinales. Además la mano de obra era barata, solo tenían que solicitar la recolecta y el transporte de estos arbustos por unos cuantos duros. Instalaron los alambiques y las ollas entre la Cañadilla y la entrada de Carramonte y con fogatas bien atizadas y las calderas copadas de agua y espliego elaboraron bastantes cubas de colonia. Personas de todas las edades, incluida la chiquillería, ganaron unas cuantas pesetas acarreando lavanda en haces y manojos. Hay que tener en cuenta que Carramonte, el Común, el Monte y el Panadero estaban entonces plagados de hierbas aromáticas. Los mayores de nuestro pueblo me cuentan que no siguieron el rastro a la fragancia de esos perfumes. Con lo cual yo especulo que, si se publicaron varios anuncios en algún periódico de la región segoviana, bien pudieran ser así: "Esta colonia de Carramonte quita el mal olor a cualquier hombre" o este otro "Señorita, si quiere ir bien perfumadita, rocíese con agua de lavanda Lagunerita". ¿Qué ocurrió, pues, para que Laguna de Contreras no se convirtiera en otro Paco Rabanne Lagunero o en el "Dior Carramontés"?
José Ángel González Linares
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