MEMORIAS DE UNA PELUQUERA (I)
Un capítulo pequeño,
de tantos muchos que tengo
solo uno voy a contar,
los demás me los mantengo
y a la próxima ocasión
con otro ya me entretengo.
El día de Jueves Santo
“medio día” trabajado,
de las seis de la mañana
hasta las cuatro he llegado.
Ahora llega una clienta...
-¿Esta tarde está cerrado?
sabiendo que en este pueblo
Jueves Santo es un sagrado.
Tal vez me pilló de malas,
o con el cuerpo cansado
y salté como una pulga
- ¿Tu alguna hora has trabajado?
- No, que va, es ¡Jueves Santo!,
me dijo ella por su lado.
- Pues yo llevo ya unas cuantas
y por hoy he terminado.
Mari Carmen
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