28 Octubre
MEMORIAS DE UNA PELUQUERA (VI)
Al empezar en la peluquería (sin horario) marido, dos niños y una casa que llevar...mi madre me ayudaba muchísimo. Ella me planchaba la ropa y cosía todo lo que veía roto. Gracias a su ayuda todo iba adelante. Mi suegra también me echaba una mano haciendo de comer para nosotros los sábados que era el día de más trabajo para mi.
Mi madre y sus “costureos” tienen muchas anécdotas. Ella misma se destornillaba de risa después.
Os voy a contar unas pinceladas.
¿Ahora es la moda de los pantalones con agujeros? ¡No! Esa moda está ya más de 25 años. Pues mi hijo que era adolescente, calculó muy bien dónde tenía que hacerle los agujeros a sus vaqueros, e iba tan contento con ellos rotos y deshilachados.
Comentario de la abuela: “ No sé como tu hijo se ha podido romper los pantalones de esa manera, en qué me he visto de poderlos dejar como estaban. He estado zurciendo a punto de monja durante tres días”.
- ¡Glup!
Mamá, lleva cuidado que por poco “desgracias” a mi marido. Le dejaste la aguja puesta al coser la cremallera de la bragueta y se ha pinchado los “cataplines”.
Mamá, lo que tenía mi camisa no era un roto, es la abertura para meter el cinturón y cruzarlo atrás.
Ni que decir tiene que mi madre celebraba estas cosas riéndose 15 días seguidos, pero una de las más gordas viene ahora.
Mi padre, algo escaso de estatura (igual que yo) tenía que “meterle 4 dedos” (como ella diría), a los bajos de los pantalones. Se los había comprado para estrenarlos el domingo que tenían un evento importante. Cuando mi padre metió el pie en una pata del pantalón se dio cuenta de que estaban como antes. ¡Largos!. Se puso el pantalón completo y la otra pata le llegaba cerca de la rodilla. Vamos, como si viniera de regar las alcachofas.
Mi madre y sus prisas le había cortado “8 dedos” al mismo bajo.
Los dos se tronchaban de risa contándolo y los pantalones se quedaron en bermudas para el verano.
Mari Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario