11 Octubre
Los sueños marcharon por el camino
del olvido, junto al clamor del mar,
donde se erige el busto del andar
sin huellas, ni porvenir, ni destino.
Se esconde en el silencio de un vecino
murmuro, que le sigue al caminar
y reposa en el viento al descansar,
al caer en los tiempos del mezquino.
Dichosa la inquietud que llega al cielo
habiendo soñado con su canción,
su poema, su libertad, su vuelo.
Dime, silencio, por qué tu oración
quiso tornar a trovador de anhelo
sin recuerdos, ni bailes, ni emoción.
Antonio Cánovas Pinto
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