sábado, 3 de octubre de 2020

3 Octubre


3 Octubre

A ti, viejo almendro

A ti, viejo almendro, firme, con solera,

tú que florecías con la flor temprana

en el mes de marzo, por la primavera.


¿Recuerdas que a veces, siempre en la mañana,

como lluvia fina y llegando el rocío,

pulía tus hojas con afán, con gana?


Sé bien que en invierno sientes más el frío,

cuando al tronco y ramas los remueve el viento,

por eso me agrada que llegue el estío.


El silbar del aire estalla en lamento

y barre la tierra con lluvia sonora,

pero tú eres fuerte con el sufrimiento.


Ahora es primavera y al alba, a la aurora,

cantan los jilgueros, brilla más el sol,

todo reverdece, progresa la flora,


las flores silvestres brotan sin control,

se engalana el campo, verdean los trigales

y las amapolas nos dan su arrebol.


Crecen los tomillos, romeros, juncales,

al compás que exhibes tu nívea blancura

que perfuma tanto como los rosales,


mas no tengas dudas, tu flor es más pura.

He visto en tus ramas que albergas nidales,

¿será que las aves velan tu hermosura?


A ti, viejo almendro, por tanto que vales,

que aguantas los fríos, los hielos de enero,

ahora bien florido quiero que me avales

dándome la savia para mi tintero.


Chelo Álvarez



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