8 Octubre
A MI AMIGA LEO
Mi querida y fiel amiga Leo,
con el don de tener paciencia,
pues grande es la penitencia
en su trabajo y yo bien creo
que por más de su insistencia
y todo su mejor empeño pone
en que somos fieles y supone,
le haremos caso a su ciencia.
De todos los medios dispone,
para dejarte hecha un silbido,
si sigues su ruta y has comido,
lo que ella te dice y predispone.
Sin conocimiento es ya sabido,
si te has zampado unas tortillas
en vez de comer otras cosillas...
¡desde luego, bien te has lucido!
Como te embuches a costillas,
butifarras, morcón y michirones,
fijo, engordas sin más cojones
y la sacaremos de sus casillas.
Dejad tranquilos los jamones,
afincarse mejor a la lechuga,
sin copiar de mi que voy taruga
y no me sacan punta ni a tirones.
¿Qué voy hacer? Si soy mendruga,
me lo merezco, por no hacerle caso,
así, que ahora ni a tiros desengraso
y mi esbelted por la puerta se fuga.
Leo, ésta mujer y no me sobrepaso,
si digo que es un encanto de persona,
sincera, amable, jamás te abandona,
ella anda a tu ritmo, a tu mismo paso.
A mi me está bien por ser comodona,
el hecho de relucir redondita y gorda,
ahora le añado encima un poco sorda,
que son cositas que la vida me dona.
Hacerle caso y no tirar por la borda,
sus recomendaciones y buenos fines,
¿cuánto cuesta ponerse los calcetines,
cuando la jodía tripa se te desborda?
Hacerle caso, no seáis tan pillines.
Mi amiga Leo su trabajo lo borda.
Mari Carmen
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