LA PERFECCIÓN
Hoy quizás levante ampollas con mi escrito. A veces decir lo que uno piensa libera el alma aunque haya controversia de opiniones.
¿Quién no busca la perfección? ¿A quién no le gustaría ser perfecto? Supongo que a todo el mundo. Recuerdo a mi profesor con su frase favorita: “No tiene que estar bien. ¡Tiene que estar perfecto!” Frase que he repetido yo a mis compañer@s durante una larga trayectoria laboral, al igual que me la decían a mi, con cariño, con respeto y con un poco de humor.
El problema es cuando alguien se lo toma de manera obsesiva y lo quiere todo “perfecto”. Los padres perfectos, los hijos, la esposa, el marido y todo lo que le rodea “debe” estar en esa perfección que él o ella cree tener. Y no digo que en realidad no la tenga, haberlos, haylos, pero... no son felices, ¡ni lo serán nunca!. No aceptan convivir con alguien que no alcance ese punto de perfección. Las relaciones se complican, deterioran, incluso mueren en el intento de trasformarlas.
Cada persona es distinta, con distintos pensamientos y actitudes. Deberíamos aceptar y respetar tal y como es cada uno de nosotros, aunque no seamos perfectos. Hasta el mundo no lo es y en él vivimos sin prisa alguna por abandonarlo.
¡Buen día!
Mari Carmen
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