17 Marzo
ESCRITURAS NOCTÍVAGAS.
Igual que cada día,
me encuentro en Internet
con las manos activas.
Son no más que las 4
horas de la madrugada
de un lunes en que el frío
aprieta las escarchas
y las nieves heladas,
pero en casa hay calor
y yo me río.
Mojada está mi alma
de una belleza inusitada
que brota de los libros
que me acompañan.
Hay soledad en las habitaciones,
la mejor compañía
para pensar y trabajar con las palabras.
Romances, octavillas,
coplas, haykus y octavas reales
surgen de mi mente
como espigas de trigos candeales
con los que amaso los poemas.
¡Qué dulzura de panes
orla mi frente! Salen
a comerse el mundo y situarle
donde solo cabe, en la cabeza
de los amantes de las palabras superpuestas.
Ya las fijé, ahora a entenderlas y revolverlas
con la vida acuestas.
Hoy buen día amanece
y yo estoy en ellas y con ellas.
Apuleyo Soto
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