24 Marzo
Hoy he sacado del baúl de los recuerdos este romance de Fernando Criado. No lo puse en su día porque me parecía demasiado largo. Fue un error, es tan bonito que se hace corto.
ROMANCE DE UN POETA A SU POEMA
¿Dónde estás, escrito mío?
¿Vienes? ¿Ahora te alejas?
Este duro y seco estío,
se calma cuando tú estás,
eres siempre desafío,
de repente ya me espantas
enseguida eres un lío,
siento que tú me arrebatas,
todo se llena de frío,
en un punto ya te calmas,
y de mí mismo me fío,
ya dudo entonces si acabas,
tus versos son como un río,
parecen solo palabras,
aún no me dicen pío,
entre esas silabas tuyas,
no encuentro yo nada mío,
pronto sin temor te lanzas,
yo, contigo, ya me alío,
tus versos ya no son líneas,
me suenan como un jipío,
escribir debo, no impidas,
dame silabas y avío,
llegan ya mismo las sombras, 2
quiero tomar un desvío,
para encontrar unas métricas,
a seguir mi desvarío,
entre grandes excelencias,
que serán mi mejor brío,
buscando estrofas me dejas,
¿Dónde estás, escrito mío?
¿Te alejas? ¿Ahora llegas?
No sé si es terceto o es trío,
con esa estrofa me aplastas,
puede que sea un destrío,
¿Son ya tus rimas leyendas?
¿Es un nuevo reenvío?
He perdido mis historias,
las que recitar ansío,
déjame por fin narrarlas,
casi me cubre el rocío,
yo quiero antes escribirlas
leerlas a quien confío,
quiero también dedicarlas
especialmente a mi tío,
siento alegría al cantarlas,
a quien nuca sintió hastío,
son mis estrofas sencillas,
por ello no las amplío, 3
lleno con ellas cuartillas
nunca verlas en baldío,
no quiero que unas estrofas,
puedan vivir en sombrío.
Dame poema las fuerzas,
para no sentir vacío,
poder avanzar con ganas,
y recibir poderío,
para luchar con mis armas,
con el completo atavío,
con las mejores palabras,
a bordo de este navío,
con nuestras velas arriadas,
rimando sin extravío,
en este mar de poemas,
tan proceloso y bravío.
¿Te alejan esas tormentas?
¿Te has ido poema mío?
Temores tu no mantengas,
pues tenemos el tronío,
podríamos tener pérdidas,
más tendremos señorío.
Muchas críticas tendrás,
sabes del palabrerío,
frente a las gentes como esas, 4
poema, ya ni me enfrío,
correctas son tus estrofas,
sabias y con su trapío.
Pues con quejas no me vengas,
ante ellas yo te sonrío,
parece que me atropellas,
ya siento un escalofrío,
casi veo las estrellas.
¿De pronto otra vez te marchas?
¿Dejas un verso vacío?
Y... ¿por qué no lo terminas?
No quiero oír vocerío,
ya sabes mis pocas ganas,
cuando tus versos ansío,
persiguiendo tus estrofas,
sabes que siempre porfío,
espero no me consumas
hasta que llegue el baldío,
quiero que ya me repongas,
con aguas mí regadío,
puesto que sin tus ayudas,
ni versos yo me extravío.
¡Unamos pues estas fuerzas,
poema de mi plantío! 5
Alumbra ya aquellas matas
de este mi jardín umbrío
dales las luces más claras,
y dame libre albedrío,
poema de mis entrañas,
no sea esto un amorío,
terminemos las estrofas,
vayamos al caserío,
a descansar nuestras penas,
a gozar del labrantío,
olvidando ya esas ratas,
recuperando tenío,
dentro de aquel bosque de hayas,
entre nuestro mocerío
¿Con estos versos acabas?
¿Terminamos pues lo mío?
Te quedas con las estrofas,
yo me voy a otro laborío.
Este romance, tan típico, de versos octosílabos asonantes alternos, es parte de la colección Versos cantan a versos que es, a su vez, parte del libro Cuerdas poéticas que incluye otros romances, odas y liras y que aún no ha sido publicado. Es un trabajo, fusión de otros dos realizados hace unos cinco años.
Fernando Criado
Otoño 2021
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