NO TIRAR EN CIGARRILLO ENCENDIDO POR LA VENTANA
Al borde del camino, por torpeza,
tiré mi cigarrillo aún encendido,
y un fuego atroz como un dragón herido
calcinó a la sin par naturaleza.
¿Por qué no pensaría mi cabeza?,
¿acaso la conciencia la he perdido?...
No quiero ni pensar en lo ocurrido.
¿Cómo pude incendiar tanta belleza?
Qué mala compañera es la galbana,
que condujo a un infierno incontrolado
sin saber ser sensata, coherente.
¿Por qué tiré, al pasar, por la ventana
el cigarro si no estaba apagado
mientras brillaba un sol resplandeciente?
Chelo Álvarez
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