10 Enero
Allá en Cozuelos,
allá donde vivía
mi infancia más dichosa,
quedó presa la rosa
de la alegría.
¡Cuántos
recuerdos,
cuántas mediodías
de sol redondo
como sandías
llenas de agua
roja, rojísima!
Allá
en Cozuelos
la felicidad
estaba a mi alcance
con solo jugar
al chito con tangas
de hierro frontal.
Allá
en Cozuelos
-¿queda alguien allá?-
se quedó mi infancia
¿Cuándo volverá?
Nunca
se regresa al pueblo
tras abandonar
el vergel del hogar.
Yo era un pajarillo
y tenía que volar.
Voló
y voló
el lindo pajarillo
de su jaula de cristal
desde la cual veía
el mundo del más allá.
Pero
sigue penando
¿Hasta cuándo penará?
Apuleyo Soto
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