24 Septiembre
Compartimos nuestra vida
codo a codo, mano a mano y mente asida.
Le echo de menos.
Era como mi hermano
y se ha ido en un silencio franciscano,
con tanto como sabía
del hacer cotidiano
en radio, prensa y compañía
siempre cercano.
Viva, viva
el cronista misacantano
presto a la austeridad
y al calor del abrazo,
trabajo y más trabajo nunca en vano.
Para él mi gratitud,
para él ese grano
de honradez que le honra
ya en el altiplano
del cielo soberano.
Junto a Dios justo está
como justo que fue
en pro de la bondad.
Atiéndenos, casliano.
Desde acá te rogamos,
ten de nos piedad.
A lo peor no llegamos
a tu inmensísima generosidad,
pero como aún estamos
a tu dichosa voluntad,
danos, danos
la mano en libertad.
Angelito volado,
llévanos detrás
en tus alas ansiosas de paz.
Apuleyo Soto
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