27 Septiembre
ÁNGEL SIN ALAS
Portaba de la mano su muñeca
y en su cara brillaba la alegría,
al tiempo que en sí misma se metía
después de desprenderse de una mueca.
Hilaba con dulzura en esa rueca
del tiempo que su vida permitía
y nunca conoció, pues no podía,
el mundo donde todo cristo peca.
Era inocente porque así lo quiso
el cielo cuando vino a nuestro mundo,
ángel sin alas que llegó trayendo
hasta mi casa un tierno paraíso
lleno de un dulce amor y muy profundo
difícil de entender, pero lo entiendo.
Cristino Vidal
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