15 Abril
Germán Hernández García, paisano nuestro y amante de la poesía.
Aquí tenemos este poema tan bonito dedicado a su madre.
EL OLIVO
Tengo más de mil años.
He visto desaparecer millones de extraños,
he sido escondite de niños, adultos y ancianos,
y he amado profundamente,
aunque ahora solo sea un juguete roto y olvidado.
¿No estás cansado ya, viejo olivo?
Todos tus hermanos han muerto,
y tú sobrevives cansado.
Abandona, viejo olivo:
el cielo tendrá más santos.
Abandona, pues tu hora ha llegado.
Vivo en el pasado,
porque el presente me hace llorar.
No me rendiré,
por más que escarbe la tierra
y apenas encuentre agua.
No me rendiré.
Por más que raspen mis costados
y corten mis ramas,
yo seguiré con mi corona intacta.
Me atan las cadenas de la tristeza
y pesa en demasía el precio del legado,
pero sigo en la cuerda.
El tiempo cambia, viejo árbol,
solo mira a tu alrededor:
solo estás,
y nadie te recuerda ya, hacedor.
Ya nadie viene a rezarte,
o a comer dulces bajo tu sombra.
Abandona, viejo árbol,
pues el tiempo ha hecho de ti presa.
Puede ser que se pudra mi madera
y las telarañas abunden en mis entrañas,
pero el grajo aún hace nido en mi rama
y la perra preñada tiene refugio en mi panza.
Germán Hernández García
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