10 Agosto
Nuestro amigo, escritor y colaborador Apuleyo Soto "me retó" a poner música a uno de sus poemas. Para mí es muy difícil hacer música sin saber ni una "pelotica" de un pentagrama. Ésto es lo que salió. Siento que no salga el final de la canción en el vídeo, pero es lo mismo que tu poema. Con todo mi cariño para ti Apuleyo.
Los números ¿son Poesía?
No tan fácil, yo diría,
pues habrá que suponer
que se pueden componer
con la magia e hidalguía
de la gran versolaría
que hoy inunda ese vergel.
Uno,
2, 3, 4, 5…
multiplican su valor
como si dieran un brinco,
pero no expresan amor,
dolor, pasión o ahínco
como las letras, ¡qué honor!,
así que en ellas me afinco
y me siento su Señor.
La
Aritmética no es, no,
su tabla de salvación
aunque debamos contar
las sílabas con fruición
para al fin las rematar,
académica función
que es necesario emplear.
Si
es que lo entendísteis bien,
prosigo por donde iba.
Ha de ser ducho el escriba
en palabras como miel
en todo lo que describa
para acercarse a la piel
del alma de ellas cautiva.
Hecho
así, números cantan
adheridos a su planta,
y es por tanto la Aritmética
una aposición mimética
al árbol de buena planta
que es el idioma en Estética.
Si
además le añades Ética,
ya no hay nada que objetar.
Salga bien -no salga mal-
y el poema o su cosmética
fielmente constatarán
su prevalencia frenética
que en el conjunto nos dan.
Aritmética
y Poesía
merecen igual latría
en el arte de escribir
y en el arte del vivir
entre penas y alegrías.
Por eso yo lo hago así.
¡¿Qué queréis?! Es mi manía.
Apuleyo Soto
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