LA LIMOSNERA (Romance heroico)
Recostada en un banco de algún parque,
mendigando tal vez unas palabras,
se ha dormido la pobre limosnera
sin tener quien le llene un vaso de agua.
La calle no es socorro, no es auxilio
de pobres y mendigos que se arrastran,
es teatro de gentes, de sonrisas,
o pesares tapados por las máscaras.
Todo en ella es parodia, pantomima,
un tremendo reptil lleno de escamas,
culebra que ha perdido la camisa
y la siento arañando mis espaldas.
Un sabor agridulce tiene el banco
al ver la limosnera sosegada,
es posible que sueñe en un hogar
repleto de venturas y esperanzas.
Una familia unida, con trabajo,
que gane el propio pan cada mañana,
que dediquen sonrisas de cariño
y quieran de verdad, con toda el alma.
Tremendas son las siestas del olvido,
¡qué lento que es el tiempo que no pasa!
Cuando caiga la tarde, ya en la noche,
las horas del reloj serán más largas.
Chelo Álvarez.
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