22 Agosto
LA FE
La fe es la esperanza, el apoyo del ser humano en El Todopoderoso. La fe es incuestionable. Sale desde lo más profundo del corazón de cada individuo. No hay religión que la pueda implantar como dogma porque la aplicarían según su interés y conveniencia para mantener un poder adquirido desde hace miles de años.
Jesús cuando vino al mundo quiso enseñarnos con su bondad a obtener una vida mejor, más justa, saber perdonar, amar a nuestros hermanos, obtener una igualdad entre el género masculino y femenino. La mujer de la época tenía que ser callada, sumisa, andar detrás del marido y no sonreír en público, no comer hasta que no se saciaba el hombre y si le sobraba algo comía ella después. Jesús no toleraba ésto como tantas otras cosas y sus propios apóstoles le miraban asombrados porque se estaba saltando las leyes. Los romanos cobrando impuestos para sus devaneos, avasallaban las casas para dejarlas en la más pura miseria. Los sacerdotes del templo tenían sus columnas revestidas de oro cuando el pueblo estaba pasando mucha hambre. Jesús tampoco podía con esta injusticia.
Muchos fueron los crucificados por revelarse. La Crucifixión era el deporte favorito del imperio romano. Madres que se quedaron sin hijos e hijos sin padre. No fue solo María, nuestra Madre Redentora la que quedó sin el suyo. Jesús.
Los apóstoles dejaron por escrito los milagros y enseñanzas del Maestro, fueron sus seguidores junto a María su madre, y María de Magdala (María Magdalena) ¿Ellas no escribieron? ¿Donde están sus evangelios? Solo están reflejados los de los hombres.
Han pasado muchos años y la palabra que Jesucristo predicó, que tanto bien hizo parece que aún no se entiende como Él enseñó.
Sigue el poder, ambición, guerra, miseria y hambre en el mundo.
Después de más de dos mil veinticuatro años, seguimos sin aprender y si volviera de nuevo a la tierra en cuerpo y alma... me temo que no llegaría ni a los 33 años sin que se lo quitaran de en medio.
LA FE ES LA QUE MUEVE MONTAÑAS. LA FE EN ÉL.
NO APRENDEMOS
Qué poco hemos aprendido
y escuchamos en lecturas
de las miles de escrituras
que en papiro han recogido.
Qué poco hemos avanzado
tantos años en la tierra
la pobreza, hambre y guerra
aún no se haya parado.
Qué poca bondad se ha visto
cada uno a su antojo labra
aquel don de la palabra
que nos dejó Jesucristo.
Mari Carmen
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