jueves, 28 de mayo de 2020

28 Mayo



28 Mayo

(Anécdotas que se recuerdan con mucho cariño)

Éramos más de diecisiete,
todos con una gran ilusión
con esa fuerza que trasmite
sin saber que había convite
y para nosotros invitación.

Después de la actuación
nos guiaron con mesura.
¡Venid, a hincar el diente!
nos dijo esta buena gente,
con atención y dulzura.

¡Ay! Aquello no tenía altura,
nunca imaginamos esa mesa
llena de sustento, frío, caliente,
que yo miraba impaciente
pues de la comida soy presa.

Ésto si era una sorpresa,
cosa tal no esperábamos,
ojos abiertos más que platos,
tarde y hambre como gatos
a la carga nos lanzamos.

Claro, que no pensamos
cantar de nuevo una canción,
pero el jefe que cae en todo
nos dijo que de algún modo:
¡Improvisar para la ocasión!

Dando gracias al anfitrión,
viendo si la guitarra afina,
me fijo en mi compañero,
que cogía lápiz con esmero
y me acerco a él con estima.

Allí estaba en una esquina,
sudoroso por la frente.
Pregunto: ¿Que te pasa?
Contesta: ¿Estás de guasa?
Pues el vino está de muerte.

Hay habas, morcilla caliente,
pan blando, casero moreno,
salado, olivas, salchichón,
longaniza, chorizo, jamón.
Ya tengo el estómago lleno.

Y ahora, a pulmón pleno
a cantar a nuestro antojo.
¿Te has preparado la copla?
Contesta: ¿Tu estás loca?,
mirando un poco de reojo.

Me dice risueño y sin enojo:
Afanada valiente comilona,
yo la estrofa voy haciendo,
mi cabeza estoy partiendo
y a mi mente nada asoma.

Ni mochuelo ni paloma,
me descentra esta algarabía,
será del hambre que tengo
y mientras tu vas comiendo,
yo sigo con la barriga vacía.

Se me va a hacer de día
con el lápiz en la mano,
mucho le pongo atención,
el nombre del Santo Patrón,
¡ay!, sólo me rima con “ano”

Mari Carmen


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