17 Julio
AMOR NAUFRAGADO
Cual la barquilla que al mar
se lanza en pos de la suerte,
así me pude lanzar
a tu querer sin pensar
que dentro hallase mi muerte.
Infeliz de mi barquilla
que en balde quiere buscar
la felicidad que brilla
allá en la más alta mar
donde no se ve la orilla!
¡Desdichadas ilusiones...!
¡Derrocadas esperanzas...!
¡Débiles proposiciones...!
¡Engañosas confianzas
son las que en la dicha pones!
Si a un crucero que suave
corta las olas del mar
y siendo colosal la nave
le es imposible llegar
¿has de llegar tú? ¡Dios sabe!
Ya está el desengaño aquí;
barquilla, puedes llorar,
que cuando cerca te vi,
por un ímpetu del mar
para siempre te perdí.
¡Tristes recuerdos barquilla!
¡dónde has venido a parar!
Ya en tí la dicha no brilla,
pues ya no encuentro la orilla
donde poderte salvar.
Barquilla, ya no te meces
cual antes te mecías sola,
la que eras ya no pareces,
hoy en ti juegan los peces
y en ti se estrellan las olas.
Diré para terminar
estas oscuras quintillas,
que en ocasiones de amar
son los hombres las barquillas
y las mujeres la mar.
Ricardo Pérez Bernabé
Sacado
del libro “Poesía y poetas en Sucina” editado el año 2009 por D.
Luís Lisón Hernández
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