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Julio
¿Te
quieres casar conmigo?,
dijo
la Amapola al Trigo,
y
el Trigo dijo que sí.
Por
eso los traigo aquí
como
ejemplo al que los ligo
para
que no tengan fin.
Trigo
y Amapola juntos
formando
un bello conjunto
son
la imagen que persigo,
quédate
conmigo, amigo,
y
yo habré de estar contigo
y
el mundo será testigo
de
nuestro amor en un punto,
el
punto al que yo te sigo.
Unidos,
ay, siempre unidos
como
la espiga del Trigo
y
la Amapola a su abrigo;
lee
bien lo que te digo
y
quedaremos uncidos
de
por vida, mío amigo.
Si
esto es cantiga o cantigo,
no
lo sé, perdóname;
al
sexo nunca me obligo
ni
a ti nunca obligaré,
toma
esto como es
y
si tú breva, yo higo.
Convivamos.
¿Qué mejor?
Nadie
como tú y yo
en
perfecta y mutua unión.
Lo
escribí y te lo repito:
Amor,
siempre amor, amor.
Apuleyo
Soto.
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