I LOVE SUCINA
Dicen que no se sabe valorar “algo” hasta que no se pierde.
Qué diferente este verano de los anteriores.
Disfrutaba del concierto en directo todos los sábados. Los demás días tenía que conformarme con escuchar la música desde mi terraza, con la brisa de la noche y las piernas en alto debido a tenerlas tantas horas de pie en mi trabajo.
Siempre decía que cuando dejase el oficio, no me perdería ni una de esas maravillosas noches dónde la gente acudía en multitud.
Actuaciones de grandes artistas, conjuntos musicales de primera fila, etc, etc. totalmente gratis en la plaza mayor del pueblo.
Un ambiente sano, agradable, de actividad social intensa, donde todos se reunían sin distinción de raza o color.
Sucina era vida, alegría, movimiento. Muchas personas de pueblos vecinos compartían con nosotros estas agradables veladas.
Todo esto gracias a Pepe Mercader y Mari Sol Olmos que altruistamente trabajaban en ello.
Cuanto añoro esos cohetes,
esa música, esos sainetes,
aquel bullicio de la gente,
ese ir y venir, ese ambiente,
esos tambores y sus dobletes.
Cuanto añoro esa algarabía,
el buen andar con alegría
paseando de arriba abajo,
disfrutando casi a destajo
y preparando para otro día.
Cuanto añoro, y me lastima,
se marchó como golondrina,
sin saber si otro año volverá.
¿La normalidad recuperará?
¡Cuánto te añoro, I love Sucina!.
Mari Carmen
2 comentarios:
Tienes toda la razón Mari Carmen.
Teodoro
Gracias amigo, de verdad que se echa de menos
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