5 Agosto
LA BARCA DE CARONTE.
Camino resignado hasta la barca
de Caronte; mi vida ya caduca
y aunque intento trucarla, no se truca,
porque una nueva fecha no se marca.
El ojo vigilante de la parca
presiento lo tendré sobre la nuca
y más perdido estoy que Carracuca,
pues nadie de la muerte se desmarca.
No sufran mis amigos ni mis deudos,
pues tan sólo se trata de un soneto;
por ahora no pienso en esos feudos
que tiene por morada el esqueleto
y si es que he de pagarle mis adeudos,
que espere bien sentado ese sujeto.
Cristino Vidal
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