28 Diciembre
A veces cuando los escritos son largos no los leemos debidamente. Nos fijamos más en la extensión que en el contenido y como este romance que nos envía Cándido T. Lorite es muy bonito y merece saborear su lectura...Lo pongo en dos partes.
Seguro que os va a encantar.
Ya se parten de Toledo
Los cristianos para Oreja,
dejándola mal guarnida
bajo Doña Berenguela.
Allá va el Emperador
Alfonso el que tutela
a los ancianos y humildes,
a las dueñas y doncellas,
y el frincar antes que huir.
Año de mil ciento treinta
y nueve. Los sarracenos
van llegando por la vega
del Tajo y a la ciudad
le dicen que se rindiera.
Desde un balcón del alcázar
así les habla la reina:
“Guerreros si sois valientes
marchad camino de Oreja
allí tendréis contrincantes,
no una ciudad indefensa”.
Al punto alcanzaban el sitio
Los moros, pero a la reina
Le envían un emisario
para que su ruego atienda.
Un moro arrogante y fiero
al pie del balcón se acerca,
su rostro viril y noble
y su negra cabellera
se olvidan antes sus ojos
dó brilla la inteligencia.
Ojos altivos y negros
como abismos que trajeran
a todas las voluntades
y que atraen a Berenguela.
El moro la saludó
y le habló de esta manera:
“Escucha reina cristiana
perdónanos nuestra ofensa;
al cercarnos a Toledo
no es costumbre nuestra
la de buscar enemigo
en mujeres indefensas.
Por eso admitir te ruego
Nuestras excusas sinceras”.
La reina quedó encantada
Y dio su sonrisa en prueba.
El árabe agradecido
Echó pie a tierra
Y dijo:”¡Gracias, señora,
Por tu gran magnificencia!”.
Continuará...
Cándido T. Lorite
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