10 Febrero
BROTAN LAS LÁGRIMAS
Qué triste es mi llanto, qué pena la mía
al ver a la Madre sufrir por el Hijo.
El nos dio su abrazo, nos dio su cobijo;
hoy brotan las lágrimas desde el alma mía.
¿Por qué masacramos a quien es el guía?,
de sólo pensarlo me apeno, me aflijo...,
postro mis rodillas ante el crucifijo
e imploro el perdón a mi alma sombría.
Lloro por la Madre, la que te parió
que supo colmarte de mimos y amores,
¡cuánto sufriría al ver angustiado
al Hijo querido, al que amamantó!
Qué pesar tan grande, qué intensos dolores
cuando vio el martirio del Crucificado.
Chelo Álvarez
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