11 Febrero
Apuleyo, ve y dile a tus amigos
que vivir más sin ellos es castigo
que tú no te mereces y que abrigas
las mismas esperanzas que la espiga
que
se engrana en la áurea y frágil paja
del centeno, el maíz y la cebada.
Es tu vida hasta hoy muy bien pasada,
pronto llegará Moira a hacer rebaja.
Capitulemos,
pues, si es necesario,
no necesito ya ni incienso ni incensario
sino seguir viviendo simplemente.
Ayúdame,
Señor, y tenme en mente,
Tú que eres dulce y plenipotenciario
de mi alma y mi cuerpo juntamente.
Apuleyo
Soto
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