30 Abril
Hoy quiero terminar este mes con un poema de la escritora y poetisa Rosa García, a la que yo llamaba mi “Súper-Abuela” por el aprecio que le tenía.
Este poema lo escribió Rosa para su madre Emilia y ha llegado a nosotros por gentileza de su hija María Rosa.
El día 9 de este mes publiqué una entrada anunciando el fallecimiento de mi “Súper-Abuela” argentina.
Ahora Rosa y Emilia están con Dios en el Cielo.
AMOR DE UN HIJO
Una madre
no se compara con nadie
porque nos ha dado la vida,
porque nos dio su sangre.
Y se enfrentó con la muerte
y sin importarle nada,
y mamamos de sus senos
y nos amo con su alma.
Y nos cantó el arroró
en sus noches desveladas,
y no le importó su cansancio
ni sus penas ni sus lagrimas.
Y nos dio su primer beso
y nos enseñó a caminar
y cuando llegamos a hombres
también nos enseñó a volar.
Y escúchale sus consejos
aunque sea muy viejita,
que siempre te va a calmar
y curará tus heridas.
Una madre es lo mas grande
que vas a encontrar en tu vida,
ella es como un libro abierto,
es tu madre y es tu amiga.
Y en estas letras yo escribo
con todo mi pensamiento
porque Dios me la inspiró
porque es mi madre y la quiero.
Y yo le hice este poema
con todo mi corazón
y en ella encontré la calma
y en ella encontré el amor.