5 Abril
Tierno y conmovedor poema dedicado a su amada esposa.
Para escribirte y nombrarte
me queda una palabra.
Para amarte y abrazarte
tengo manos y miradas.
Sin ti soy nadie,
sin ti soy nada,
Ana, Ana, Ana.
De Baena llegaste hasta mí
para quitarnos la pena
de un mutuo sin vivir.
Tú cordobesa morena,
yo segoviano febril:
Castilla y Andalucía
seguían juntas así.
Apuleyo
Soto
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