2 Noviembre
MEMORIAS DE UNA PELUQUERA (VII)
Era y es una excelente persona. A pesar del tiempo que hace que trabajamos juntas, no me olvido de ella.
A Marisa con todo mi cariño.
Mi primera compañera
estilista y peluquera
con el nombre de Marisa
de simpática sonrisa
no soportaba el estrés,
cuando había más de tres
se me ponía amarilla,
acostada en la camilla
sin poder ni levantarse
el malestar no calmarse.
Mucho tiempo no duró,
me dijo que se murió
su ilusión por el oficio
pues todo su beneficio
en el médico gastaba,
de tantos nervios estaba
cansada hasta los riñones
y se fue a coger melones,
no soportaba esta guerra
era feliz en la tierra
sin tocar una tijera
por más que se lo pidiera.
Yo la eché mucho de menos
no podía poner frenos
en su terca decisión
a pesar que esa afición
con siete años ya tenía.
¡Le cortó el pelo a una cría
víspera de Comunión!.
Mari Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario