16 Enero
Imaginé que tendría a mi hijo, me
quedaría en casa tres meses y luego volvería al trabajo. Nada de
preguntas, nada de dramas. Pero me equivoqué.
Denise Haynes
Según estimaciones oficiales, en los
Estados Unidos 1,8 millones de mujeres se reincorporan a su trabajo
cuando sus hijos tienen menos de un año. Muchas de ellas no tienen
elección, ya sea porque son madres solteras, temen ser devoradas por
la maternidad o en la familia se necesitan dos salarios.
Para la madre que se reincorpora a su
trabajo porque debe hacerlo, esa prsión -combinada con la tensión
añadida de tener que separarse de su hijo y buscar a alguien para
que le cuide mientras ella está ausente- puede ser causa de una gran
ansiedad. Incluso aquellas madres que han orientado su vida hacia una
carrera profesional y que tienen libertad de elegir si regresan o no
a su trabajo, pueden experimentar sentimientos ambivalentes por el
hecho de tener que dejar a sus hijos.
Es posible que en tu vida debas
enfrentarte a una situación familiar: tus padres ya ancianos
necesitan cuidados, tus hijos están efermos o uno de tus amigos
íntimos ha perdido a un ser querido. ¿Cómo puedes hacerte cargo de
las cuestiones prácticas de un trabajo al tiempo que tratas de
cubrir las necesidades de los demás?
La clave reside en recordar que no
puedes hacerte cargo de todo. Si fuese posible, explícale la
situación a tu jefe y pídele un poco de flexibilidad durante algún
tiempo. El simple hecho de saber que puedes llegar a tu trabajo diez
minutos más tarde, y que ello no supondrá ningún problema puede
reducir considerablemente tu estrés.
No importa lo que suceda en mi vida
personal, ello no debe crear estrés en mi vida profesional. Puedo
pedir ayuda.
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