23 Enero
...y si no ahora, ¿cuándo?
El Talmud
“Me haré cargo de eso...alguna vez”,
“Me pondré a ello tan pronto pueda” o “Lo haré...cuando esté
preparado” son excusas que se dan a menudo para evitar emprender un
proyecto. Ya sea que ese proyecto sea algo tan mundano como limpiar
un armario o tan complicado como planear una nueva empresa comercial,
tan desagradable como una confrontación familiar o tan estimulante
como dedicarse a un pasatiempo favorito, dedicarse a un proyecto
puede resultar complicado. A menudo es mucho más fácil retrasarlo.
Pero entonces los proyectos comienzan a
amontonarse como la ropa sucia en el cesto. Muy pronto la cesta está
llena a rebosar y nunca hay suficiente tiempo o energías para
solucionar el problema. Un proyecto inconcluso puede convertirse en
dos, dos en tres, tres en cuatro..., y muy pronto son incontables los
proyectos que penden sobre ti.
¿Cuáles son algunos de los proyectos
que has estado aparcando? Haz una lista con ellos en una hoja de
papel.
Ahora piensa en emplear tiempo en los
próximos días para dedicarte a uno de ellos. Elije un proyecto
prioritario o bien uno cuya conclusión consideres sencilla.
Vivir acosado por una constante e
invariable lista de cosas por hacer puede agravar las exigencias y
presiones de cada día. ¿ Por qué añadir más estrés evitando los
proyectos que, con un poco de tiempo y atención de tu parte, pueden
ser tachados finalmente de la lista?
Hoy eliminaré la frase “encontraré
tiempo para hacerlo” mientras trabajo en un proyecto que había
dejado aparcado.
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