19 Enero
Administrar significa tratar con la
complejidad.
John Kotter
Piensa a quién y qué necesitas
administrar durante el día. Primero a ti mismo: necesitas
administrar tu tiempo para poder establecer un horario al objeto de
hacer frente a tus obligaciones; necesitas administrar tu dinero para
poder pagar las facturas y equilibrar los ingresos con los gastos; y
necesitas administrar tu salud y tu bienestar.
Y también habrá otros a los que
necesites administrar: empleados, estudiantes, hijos, esposo o
esposa, sólo por nombrar a unos pocos. Por último, puede haber
cosas que surjan de vez en cuando y que también necesiten ser
administradas por ti: la renovación de tu casa, una mudanza, una
crisis familiar, etc.
ser un permanente administrador
familiar, personal o profesional puede resultar terriblemente
estresante. Es posible que llegues a tener la sensación de que nunca
dispones de “tiempo libre”, ese tiempo que no dedicas a
administrar nada.
Sin embargo, una parte de ser un buen
administrador es ser un buen delegante. Por ejemplo, no siempre debes
ser tu quien se haga cargo de la limpieza de la casa; puedes pedirle
a tu compañero/a de habitación, a tus hijos o a tu pareja que haga
la limpieza, o bien establecer turnos para hacerlo. Pedir ayuda y
compartir parte de la carga con los demás son formas de dividir tus
responsabilidades de administración. Entonces si dispones de un poco
de tiempo para ser un administrador fuera de servicio, en lugar des
ser un administrador de servicio.
No puedo encargarme todo el tiempo de
todo y de todos. Hoy compartiré mis responsabilidades con los demás.
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