miércoles, 22 de enero de 2020

22 Enero


22 Enero

Esperar a alguien, o esperar que alguien haga que mi vida sea más rica, más plena o más satisfactoria, me pone en un estado de suspensión.
Kathleen Tierney Andrus

¿Entregas tu poder para ser feliz? Lo haces si albergas pensamientos como éstos: “Cuando mi esposo se gradúe podremos concentrarnos en lo que yo deseo”; “Sé que conseguiré un aumento de sueldo si hago malabarismos con mi horario y consigo el tiempo extra que mi jefe necesita”; “Estoy seguro de que mis padres aceptarán mi decisión de ser madre soltera si compro la casa que a ellos les gusta”, etc.
Pero ¿pueden los cambios en la conducta de otra persona hacer que las cosas mejoren realmente para ti? Si lo crees, entonces es probable que busques fuera, y no dentro, la satisfacción de tus necesidades , tu realización y tu felicidad. Como una embarcación sorprendida en el mar por una tormenta, tu te encuentras a merced de los elementos, golpeado y zarandeado.
Pero puedes encontrar el camino hacia el abrigo seguro del puerto cuando navegas por la vida bajo tu propio poder. No necesitas que tu pareja acabe sus estudios para satisfacer tus necesidades. No necesitas matarte a trabajar para conseguir una recompensa. Y no tienes que vivir según las expectativas de tus padres. Decide hoy lo que necesitas para ser feliz.

No esperaré a que la gente me proporcione lo que quiero o necesito. Depende exclusivamente de mi agarrar el día y hacerlo mío.

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