17 Enero
No creas que trabajas mejor bajo
presión..., nadie lo hace.
Alec Mackenzie
¿Te agrada trabajar cuando estás bajo
presión? Ya conoces la escena: tu futuro está en juego..., el jefe
te grita para que acabes el trabajo en el plazo previsto..., las
horas de trabajo asoman de forma amenazadora..., tu estómago se
queja porque sólo ha tomado un café y un donut a la hora del
desayuno..., el corazón te salta en el pecho y te sientes
acalorado...
Tu puedes alegar que trabajas mejor
bajo esas condiciones extremas. Tal vez tengas razón y lo que
consigas al filo del plazo límite sea realmente notable e incluso te
suponga un ascenso o un aumento de sueldo. Pero, con el tiempo, el
hecho de trabajar en condiciones físicas y emocionales
extremadamente duras puede repercutir negativamente en tu salud.
Puedes sufrir jaquecas, úlceras, hipertensión y taquicardia. Puedes
tener dificultades para relajarte o padecer insomnio. Tal vez no
dispongas de tiempo para hacer ejercicio físico e incluso tengas
menos tiempo para alimentarte adecuadamente, ingiriendo comida rápida
con un alto contenido de grasa y sodio que te provoca una sensación
de somnolencia. Es posible que, al acabar tu jornada laboral, te
sientas tan agotado que no tengas tiempo para distraerte o
relacionarte con los seres queridos.
En algunas ocasiones se pude trabajar
bajo la presión de un plazo límite. Pero hacerlo bajo una presión
permanente no consigue que saque lo mejor de ti. De hecho, con el
tiempo puede conseguir lo peor.
Necesito recodar lo que significa la
palabra “límite” precisamente para no llegar a una situación
así. Hoy me aseguraré de no trabajar hasta matarme.
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